La boleadora, boleadoras (hasta finales del siglo XIX simplemente bolas) o laque son un arma/instrumento de caza arrojadiza creada por los indígenas de la Patagonia, y las Pampas; luego fue adoptada y modificada por los gauchos.
Consta de dos o tres bolas, piedras muy duras pulidas en forma casi esférica o muy raramente erizadas. El diámetro de cada una de las bolas suele ser de unos 10 cm en las boleadoras de combate o de caza mayor. Tales piedras se encuentran unidas por tientos o guascas, tiras de cuero. Los aborígenes usaban como materia prima para los tientos el cuero de guanaco y el cuero del cogote (cuello) y el tendón de la pata del ñandú. Con el paso del tiempo y la introducción de la ganadería, los tientos fueron reemplazados por reatas de tres cabos de cuero trenzado, generalmente de vacuno.
La boleadora pequeña y de sólo dos bolas es llamada «ñanducera» o «avestrucera» y era conocida con el nombre de chumé o tálakgáp'n por los tehuelches. Es usada para la caza o captura de pequeños animales. Por otro lado, la boleadora de tres bolas y mayores dimensiones, conocida como «potrera» y llamada yachiko por los tehuelches, se usa para el combate o para capturar animales grandes como caballos o toros.
Existen raros ejemplares de más de cuatro bolas, llegando a haber algunos de ocho, pero son poco prácticos.
Hasta inicios de s XX era frecuente que los gauchos mientras se encontraban en el campo llevaran una o dos boleadoras (generalmente del tipo «ñanducera») en la cintura y otra (generalmente «potrera») en bandolera.
Paralelamente, entre los inuit se desarrollaron armas parecidas aunque menos efectivas llamadas ka-lum-uk-toun o kilumitutit, similar es entre los maorís la poa o poi. Se encuentran armas similares entre los pueblos de Siberia oriental. También los incas utilizaron armas parecidas para la batalla llamadas ayllo, usados incluso por los monarcas.